Las 3 dimensiones invisibles para un hogar que te haga sentir bien
Alguna vez te has preguntado por qué algunas casas, a pesar de estar bien decoradas, no te transmiten buenas sensaciones? Y, al contrario, otras más sencillas te hacen sentir cómodo y con ganas de quedarte? La respuesta podría estar en tres dimensiones invisibles que influyen en cómo percibimos un espacio.
Estas dimensiones, estudiadas por la psicología ambiental, impactan directamente en nuestras emociones y bienestar. Los psicólogos Rachel y Stephen Kaplan identificaron que un espacio que nos gusta activa tres factores clave: coherencia, fascinación y sensación de hogar. Vamos a desglosarlos y ver cómo aplicarlos a tu propia casa.
1. Coherencia: Un espacio que tiene sentido
La coherencia en el diseño de interiores va más allá de la simple estética. Se trata de que cada rincón de tu casa tenga un propósito claro y que tu cerebro pueda interpretarlo sin esfuerzo. Un espacio incoherente genera confusión e incluso puede activar una sensación de alerta.
Ejemplos de falta de coherencia:
- Una zona de sofás mal distribuida.
- Un comedor ubicado en un lugar poco intuitivo.
- Objetos fuera de escala o sin relación con el resto del mobiliario.
- Muebles aislados sin una función aparente.
Solución: Asigna un propósito a cada espacio. No importa si es una zona de lectura, un comedor o un rincón decorativo, lo importante es que tenga una intención clara. Un simple gesto, como una lámpara junto a un sillón, puede transformar un rincón sin sentido en un espacio acogedor.
2. Fascinación: Pequeñas dosis de sorpresa
La fascinación se refiere a esos pequeños detalles que captan tu atención y te invitan a observar. No se trata de elementos llamativos o espectaculares, sino de microimpactos estéticos o emocionales que despiertan tu curiosidad sin saturarte.
La psicología ambiental distingue entre dos tipos de fascinación:
- Fascinación suave: Detalles que captan la atención sin esfuerzo, como una estantería con libros y objetos inesperados, una textura natural o una pieza de cerámica.
- Fascinación dura: Elementos que atrapan completamente tu atención, como un neón llamativo o una mezcla estridente de colores. Si bien pueden ser interesantes, es importante usarlos con cuidado para evitar la fatiga mental.
Cómo activar la fascinación: Introduce microimpactos y contrastes que rompan la previsibilidad. Por ejemplo, si tienes un salón en tonos neutros, añade unas cortinas estampadas o un cuadro que aporte un toque de dramatismo. Las lámparas también son excelentes para crear fascinación.
3. Sensación de hogar: Tu espacio personal
La sensación de hogar es esa conexión emocional que sientes con un espacio, la sensación de que te representa y te hace sentir bienvenido. No tiene que ver con el estilo decorativo o los muebles, sino con cómo te reconoces en él.
Para crear una sensación de hogar, tu espacio debe reflejar tu identidad, tus costumbres, tus recuerdos y tus objetos significativos. Pequeños gestos, como dejar visible tu manta favorita o colocar una foto familiar, pueden marcar la diferencia.
Cuidado con: Decorar para aparentar o seguir las tendencias sin tener en cuenta tus gustos personales. Es importante que tu casa te represente y tenga esos códigos silenciosos que tu cerebro reconoce como propios.
Para crear un hogar que te haga sentir realmente bien, ten en cuenta estas tres dimensiones invisibles:
- Coherencia: Asegúrate de que cada espacio tenga un propósito claro y que sea fácil de entender.
- Fascinación: Introduce pequeños detalles que capten tu atención y despierten tu curiosidad.
- Sensación de hogar: Haz que tu espacio refleje tu personalidad, tus recuerdos y tus emociones.