Muebles lacados en la cocina: ¿Realmente merecen la pena?

El uso de muebles lacados en la cocina ha generado un gran debate en el mundo del diseño de interiores y las reformas. Mientras algunas voces aseguran que no son una buena opción para familias ocupadas o para quienes cocinan con mucha frecuencia, otras destacan sus ventajas estéticas, su acabado artesanal y su alta personalización. ¿Cuál es la verdad detrás de estos mensajes contradictorios?

En este artículo desgranaremos en detalle qué es exactamente la laca, cómo se aplica, cuáles son sus auténticas ventajas y sus posibles inconvenientes. Asimismo, analizaremos por qué el mensaje de que “los muebles lacados no son una buena opción” se ha popularizado y si realmente está justificado. Si te estás planteando reformar tu cocina y buscas un acabado de autor, sigue leyendo.

¿Qué es la laca y cómo se aplica?

La laca es un recubrimiento que se pulveriza sobre tableros de MDF o madera para conseguir una superficie continua, uniforme y perfecta. El proceso de lacado puede llegar a tener hasta nueve pasos, desde la imprimación inicial hasta el pulido final, según la calidad que se desee alcanzar. El resultado es una superficie de alto brillo, mate o acabado seda, sin uniones visibles entre las caras y los cantos de las puertas de la cocina.

La clave está en el carácter prácticamente artesanal del lacado. Cada pieza cada puerta, cada costado, cada detalle es tratada de forma individual en talleres especializados. El trabajo se realiza en cabinas con ventilación y filtrado del aire, utilizando pistolas de pintura y maquinaria diseñada expresamente para garantizar un acabado impecable. Sin embargo, la verdadera diferencia la marcan las personas: artesanos con años de experiencia que entienden cómo varía la densidad y porosidad de cada tablero y saben ajustar el proceso de lacado en función de estas sutilezas.

Ventajas de los muebles lacados

Acabado artesanal y exclusivo

La laca permite crear cocinas de autor, con puertas prácticamente de cualquier forma que se desee y sin juntas visibles. Este nivel de detalle y personalización se parece más a la alta costura o al trabajo artesanal de un joyero que a la producción en cadena típica de los muebles estándar. El lacado es un sinónimo de exclusividad, un acabado cuidado al milímetro que se traduce en una cocina única.

Variedad de colores y acabados

La posibilidad de elegir cualquier color a partir de cartas cromáticas como RAL o NCS ofrece una versatilidad enorme. Además, el cliente puede optar por acabados alto brillo, mate o seda, este último muy apreciado por su tacto agradable y su estética sofisticada.

Alta resistencia y durabilidad

La laca es impermeable y se limpia con facilidad. Además, al no realizar cortes en el momento de la instalación ya que todas las piezas se piden a la medida exacta, el conjunto es más resistente a la humedad y a los cambios de temperatura. Esto alarga la vida útil de los muebles y los hace adecuados incluso para cocinas exigentes.

Desventajas y mitos extendidos

Tiempo de entrega

El principal inconveniente es el tiempo de espera. Producir una cocina lacada de alta calidad puede llevar seis semanas o más, frente a las cuatro semanas (o menos) que suelen tardar otros acabados. Este proceso más largo se debe a la complejidad artesanal y a la necesidad de que cada pieza se seque y cure correctamente antes del siguiente paso.

Precio elevado

La calidad se paga, y la laca no es una excepción. La exclusividad, la artesanía y la personalización implican un coste superior. Como consecuencia, han surgido imitaciones más económicas y de menor calidad, que a menudo alimentan la idea de que la laca no es recomendable. En estos casos, la mala experiencia no proviene del producto en sí, sino de calidades inferiores que no representan el verdadero potencial del lacado.

¿Por qué se ha popularizado un mensaje negativo?

Las grandes fábricas industrializadas, centradas en producciones masivas y rápidas, no ven con buenos ojos un producto que requiere tanta atención al detalle y tanto tiempo de elaboración. Como resultado, se han promocionado mensajes que desaconsejan el uso de la laca, sin tener en cuenta la calidad que puede alcanzar un taller experto.

Sin embargo, al igual que apreciamos el valor de la artesanía en automóviles de alta gama, en relojes o en bolsos hechos a mano, las cocinas lacadas de autor también merecen su reconocimiento. Son el resultado de un trabajo meticuloso, creativo y único, que no puede compararse con la producción en serie.


Los muebles lacados en la cocina no son ni un sueño inalcanzable ni una pesadilla impráctica. Son una opción exclusiva, pensada para quienes valoran la calidad, la personalización y el diseño por encima de la rapidez y el bajo coste.

Si quieres invertir en una cocina única y duradera, el lacado puede ser la mejor opción. Eso sí, asegúrate de contar con profesionales cualificados, artesanos especializados y un buen project manager que te acompañe en el proceso. Solo así podrás disfrutar de una cocina realmente especial, sin sorpresas desagradables y con la certeza de haber tomado una decisión informada.