Secretos para mejorar tu salud con la arquitectura
La arquitectura no solo debe centrarse en la estética y funcionalidad de los espacios, sino también en cómo estos pueden influir en nuestra salud y bienestar. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en interiores, lo que hace crucial diseñar entornos que mejoren nuestra calidad de vida. A continuación, exploraremos cómo la arquitectura puede contribuir a crear espacios más saludables y cómo pequeños cambios pueden tener un gran impacto en nuestra salud.
Importancia de los espacios interiores saludables
La mayoría del tiempo en interiores
¿Dónde te encuentras ahora? Quizás en un café, una biblioteca, el gimnasio, la oficina o incluso en tu coche. En promedio, una persona pasa entre el 80 y el 90% de su día en espacios cerrados, lo que equivale a 20 de las 24 horas del día o 300 días al año. Este porcentaje aumentó durante la pandemia, subrayando la importancia de diseñar interiores que promuevan la salud.
La conexión natural del ser humano
Estamos biológicamente programados para disfrutar de los entornos naturales. En tiempos prehistóricos, los humanos eran nómadas, siempre en contacto con la naturaleza. Con el inicio de la agricultura, comenzamos a establecer asentamientos permanentes, utilizando materiales naturales como troncos, paja, ladrillos de barro y piedra. La Revolución Industrial marcó un cambio drástico, introduciendo materiales artificiales como el acero y el hormigón armado, que permitieron la construcción de edificios más grandes y cerrados.
Efectos de la Revolución Industrial
La Revolución Industrial trajo consigo la concentración de personas en ciudades y un aumento en la quema de combustibles fósiles, lo que tuvo un impacto negativo en el medio ambiente y la salud. Un caso notable fue la Gran Niebla de Londres en 1952, que resultó en miles de muertes y enfermedades debido a la contaminación del aire, subrayando la importancia de la calidad del aire en los espacios interiores.
Estrategias para diseñar espacios saludables
Reintroducción de elementos naturales
Shinrin-yoku: El Baño de Bosque
El término japonés "Shinrin-yoku" se traduce como "baño de bosque" y se refiere a la práctica de pasar tiempo en entornos naturales para promover la salud y el bienestar. Este concepto puede reducir el estrés, mejorar el sistema inmunológico y elevar el estado de ánimo. Aunque no todos tenemos acceso a un bosque cercano, podemos incorporar elementos naturales en nuestros espacios interiores.
Plantas purificadoras de aire
Las plantas no solo decoran, sino que también purifican el aire. Plantas como la palmera areca, el lirio de paz, el potos, la lengua de suegra y la palmera de bambú pueden absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno, mejorando la calidad del aire y filtrando contaminantes a través de un proceso llamado fitoremediación.
Madera natural
Ciertos tipos de madera, como el cedro y el ciprés, contienen aceites naturales llamados fitoncidas que purifican el aire y repelen insectos. Además, el uso de madera en la construcción puede reducir el estrés y mejorar la calidad del aire interior.
Integración del agua
El efecto del agua en el bienestar
El agua tiene un atractivo natural y su sonido puede enmascarar ruidos no deseados, ayudando a la concentración y promoviendo la relajación. Un ejemplo destacado es el Parque Paley en Nueva York, donde una cascada proporciona un ruido blanco que elimina el ruido de la ciudad y purifica el aire mediante la generación de iones negativos, lo que mejora el bienestar físico y mental.
Iluminación y ventilación natural
Luz natural
La luz natural es crucial para nuestra salud, afectando nuestro estado de ánimo y ritmo circadiano. Incorporar grandes ventanas y claraboyas puede mejorar la iluminación natural en interiores.
Ventilación natural
La ventilación natural es esencial para mantener un aire limpio y saludable. Abrir ventanas y utilizar sistemas de ventilación pasiva puede reducir la dependencia de sistemas artificiales y mejorar la calidad del aire interior.
A medida que avanzamos en la creación de espacios interiores, es vital recordar nuestra conexión inherente con la naturaleza y su impacto en nuestra salud. Incorporar elementos naturales como plantas, agua, madera y maximizar la luz y ventilación natural puede transformar nuestros espacios en entornos más saludables. Como arquitectos y diseñadores, tenemos la responsabilidad de crear entornos que no solo sean estéticamente agradables, sino que también promuevan el bienestar físico y mental de sus ocupantes.