Transforma tus suelos anticuados: Dale un nuevo aire a tu hogar sin obras

¿Quién no ha entrado en una vivienda y ha pensado: "Uf, estos suelos... ¡hay que cambiarlos!"? Es una reacción de lo más común. Y es que, cambiar el suelo es una inversión considerable, tanto en dinero como en tiempo y quebraderos de cabeza. Pero, ¿y si te dijéramos que puedes transformar por completo la percepción de tu hogar sin necesidad de embarcarte en costosas obras?

Adiós a los suelos problemáticos: Dale un nuevo aire a tu hogar sin obras

La clave está en aprender a estilizar y complementar esos suelos que, a priori, nos parecen anticuados o poco atractivos. Hoy te desvelamos cómo convertir esos elementos "problemáticos" en puntos fuertes de tu diseño interior, haciendo que parezcan intencionados y modernos.

Terrazo: de frío a acogedor sin perder su esencia

El terrazo, tan común en viviendas de mediados del siglo pasado (entre los años 50 y 70), es conocido por su increíble durabilidad, capaz de aguantar entre 50 y 75 años sin inmutarse. Sin embargo, su superficie de mármol, cuarzo o vidrio incrustado en hormigón o resina, pulida y lisa, puede transmitir una sensación de frialdad, casi institucional.

  • Colores cálidos para paredes: Opta por neutros cálidos, como beiges suaves, tonos tierra o terracotas apagados. Evita los grises fríos o los blancos puros, que acentuarán la sensación de frío.
  • Muebles y textiles que aporten vida: La madera, especialmente la de nogal o roble, es ideal para contrarrestar la frialdad de la piedra. Incorpora textiles suaves y orgánicos: lino que fluya con la luz, mantas de lana acogedoras o cojines de terciopelo en tonos cálidos como óxido o caramelo. Las plantas son siempre un acierto para dar vida.
  • Piezas grandes y sólidas: Para evitar que el suelo domine el espacio, introduce elementos de mobiliario contundentes. Un aparador de madera maciza, una maceta grande o una obra de arte de formato generoso aportarán peso visual y calidez.

Roble naranja (Años 90): redescubre la belleza de tu parqué

Si tu casa es de los años 90 o principios de los 2000, es muy probable que tengas esos suelos de roble dorado que, con el tiempo y la oxidación del poliuretano, han adquirido un tono naranja intenso. Aunque la madera de roble es excelente (duradera y permite múltiples restauraciones), el color actual puede no ser de tu agrado. La buena noticia es que puedes amarlos de nuevo sin necesidad de un gran desembolso.

  • Paredes en tonos fríos y contrastantes: Busca colores que equilibren el naranja, no que lo imiten. Los verdes salvia suaves, azules grisáceos o un blanco puro funcionan de maravilla. Tonos como "Breath of Fresh Air" de Benjamin Moore o "Naval" de Sherwin Williams pueden crear un contraste sofisticado. Evita cremas con subtonos amarillos o naranjas.
  • Mobiliario y textiles ligeros y frescos: Muebles pintados de blanco, tapicerías en gris claro o piezas de cristal y metal compensan la calidez del suelo. Las alfombras grandes en tonos neutros (crema, gris claro, azul grisáceo suave) son perfectas para romper la continuidad del naranja.
  • Acentos decorativos: Pequeños toques de azul o verde en cojines o elementos decorativos pueden desviar la atención del naranja, haciéndolo parecer intencional.
  • Cortinas: Las cortinas de lino translúcidas en blanco o crema filtran la luz natural, suavizando los tonos anaranjados del suelo y creando un ambiente más sereno.
  • Refinishing (opción costosa): Si te decides por una reforma, un pulido que elimine la capa amarillenta y la aplicación de un poliuretano con base de agua y tonos grises puede neutralizar el naranja.

Suelos de madera grises: aportando calidez a la tendencia fría

Los suelos grises fueron la estrella de una tendencia que abogaba por el "todo gris": suelos, paredes, muebles... un estilo que hoy a menudo se percibe como frío y estéril. Si tus suelos son de este color, no desesperes, hay formas de hacer que tu hogar se sienta cálido y acogedor.

  • Aportar calidez con todo lo demás: Ya que el suelo es frío, el resto de la estancia debe compensar. Pinta las paredes en neutros cálidos (beiges suaves, tonos tierra, blancos cálidos como "Alabaster" o "Accessible Beige".
  • Muebles y acentos naturales: El mobiliario de madera con vetas naturales, especialmente de nogal, aporta una calidez orgánica. Cambia los acabados de níquel cepillado por latón o dorados para un toque instantáneo de calidez y cohesión. Las plantas, cestas de fibras naturales o piezas de cuero también son grandes aliados.

Suelos brillantes (Alto brillo): Elegancia con medida

Los suelos ultrabrillantes, ya sean de madera pulida o azulejos muy lustrosos, a menudo evocan una estética de principios de los 2000 o ambientes más institucionales. Además, muestran cada arañazo, mancha o mota de polvo, siendo de alto mantenimiento.

  • Matte y texturas por doquier: Si el suelo es brillante, todo lo demás debería ser mate o texturizado. Paredes con pintura mate, tejidos con textura, muebles de madera con acabado satinado. Este contraste hará que el suelo brillante no resulte tan abrumador.
  • Alfombras: Las alfombras grandes con textura (lana gruesa, patrones de tejido natural) aportan calidez y rompen el exceso de brillo, además de disimular las pequeñas imperfecciones.
  • Pulido mate (solo madera): Si tu suelo de madera brillante te agobia, puedes pulirlo con un acabado mate o satinado. Es una inversión, pero más económica que reemplazarlo y modernizará mucho el aspecto. Para los azulejos, lamentablemente, no es una opción, así que céntrate en el estilismo.

Baldosas de pequeño patrón: reduciendo el ruido visual

¿Recuerdas esos azulejos hexagonales diminutos o de "penny" que parecían omnipresentes en algunos baños? Pueden llegar a ser visualmente agotadores debido a la multitud de líneas de rejunte, generando lo que se conoce como "ruido visual".

  • Simplifica todo lo demás: Si el suelo es el centro de atención, el resto debe ser lo más sencillo posible. Paredes blancas o neutras, grifería minimalista, decoración escasa. Deja que el suelo sea el único patrón.
  • Elementos de gran escala: Contrarresta la "locura" del patrón pequeño con piezas grandes: espejos de gran formato, obras de arte importantes o muebles de baño amplios. Estos elementos rompen visualmente el patrón.
  • Abraza el encanto vintage: Si tu suelo ya tiene esa personalidad clásica, abrázala. Incorpora grifería de latón, que aporta calidez, y elige una iluminación con cierto aire "retro", como apliques de globo o pantallas de cristal acanalado, evocando el estilo de un apartamento de los años 20.

Parque de lamas estrechas: ampliando el espacio visualmente

Los parqués de lamas estrechas eran el estándar hace décadas, pero hoy pueden hacer que un espacio se vea recargado y anticuado. Las lamas anchas son la tendencia actual porque crean una sensación de amplitud y limpieza visual.

  • Líneas visuales limpias: Dado que el suelo ya tiene muchas líneas, evita añadir más. Olvídate de alfombras con patrones muy recargados, papeles pintados complejos o demasiados muebles pequeños. Busca la fluidez.
  • Muebles grandes para crear espacio: Introduce mobiliario de proporciones generosas, como un sofá seccional grande, una mesa de centro sobredimensionada o un aparador robusto. Estas piezas amplias "rompen" visualmente las múltiples líneas del suelo y proporcionan puntos de descanso para la vista, haciendo que el espacio parezca más tranquilo y sereno.

Como ves, a veces es más económico y astuto estilizar y jugar con el entorno que lanzarse a una reforma integral. Unas pocas decenas de euros en pintura y algunas alfombras pueden transformar un espacio de maneras que ni imaginas. Solo si tus suelos están dañados sin remedio o si ya estás inmerso en una rehabilitación completa, plantéate reemplazarlos. Pero si están estructuralmente sanos y solo no te gusta su estética, ¡prueba primero con el estilismo! Los resultados te sorprenderán.