Tipos de fregaderos: ¿cuál elegir para tu cocina?

La elección del fregadero es una de las decisiones más importantes a la hora de reformar o diseñar una cocina. El fregadero no solo es un elemento funcional, sino que también influye en el estilo y la estética de la cocina. Existen diferentes tipos de fregaderos, cada uno con sus ventajas e inconvenientes, que se adaptan a las necesidades y preferencias de cada usuario. En este artículo, te explicamos los principales tipos de fregaderos que puedes encontrar en el mercado, sus características, y sus pros y contras.

Tipos de fregaderos según el material

El material del fregadero determina su resistencia, durabilidad, facilidad de limpieza, y aspecto. Los materiales más comunes son:

Acero inoxidable

Es el material más utilizado y más económico. Tiene un aspecto moderno y combina con cualquier estilo de cocina. Es resistente al calor, a los golpes, y a las manchas. Sin embargo, puede rayarse con facilidad y puede hacer ruido al caer el agua o los utensilios.

Cerámica

Es un material clásico y elegante, que aporta un toque rústico o vintage a la cocina. Es muy resistente al calor, a los golpes, y a los ácidos. Además, es fácil de limpiar y no se raya. Sin embargo, es más caro que el acero inoxidable, algún producto puede dejar manchas y puede astillarse o agrietarse si se golpea con mucha fuerza.

Granito o cuarzo

Son materiales compuestos por partículas de granito o cuarzo y resinas. Tienen un aspecto natural y sofisticado, y se pueden encontrar en diferentes colores y acabados. Son muy resistentes al calor, a los golpes, a los arañazos, y a las manchas (algunas cosas pueden dejar cerco). Además, son fáciles de limpiar y no hacen ruido. Sin embargo, son más caros que el acero inoxidable y la cerámica, y pueden perder brillo con el tiempo.

Tipos de fregaderos según el diseño

El diseño del fregadero hace referencia a su forma, tamaño, y número de senos. Los diseños más habituales son:

Fregadero de un seno

Es el diseño más sencillo y el que ocupa menos espacio. Es ideal para cocinas pequeñas o para personas que no necesitan lavar muchos platos o utensilios. Sin embargo, puede resultar incómodo para lavar piezas grandes o para separar el agua limpia del agua sucia.

Fregadero de dos senos

Es el diseño más clásico y el más versátil. Permite lavar y escurrir los platos con facilidad, o usar un seno para lavar y otro para preparar alimentos. Sin embargo, ocupa más espacio que el de un seno y puede reducir el área de trabajo en la encimera.

Fregadero de dos senos

Fregadero de un seno y medio

Es un diseño intermedio entre el de un seno y el de dos senos. Tiene un seno principal y otro más pequeño, que puede servir para escurrir los platos, para lavar alimentos, o para instalar un triturador de basura. Es una buena opción para aprovechar el espacio y tener más funcionalidad. Sin embargo, puede ser insuficiente para lavar piezas grandes o para personas que usan muchos platos o utensilios.

Fregadero de tres senos

Es el diseño más completo y el que ofrece más posibilidades. Tiene tres senos de diferentes tamaños, que pueden usarse para diferentes fines, como lavar, escurrir, preparar, o reciclar. Es ideal para cocinas grandes o para personas que cocinan mucho o que reciben muchas visitas. Sin embargo, ocupa mucho espacio y puede resultar innecesario para cocinas pequeñas o para personas que no necesitan tantos senos.

Tipos de fregaderos según la instalación

La instalación del fregadero hace referencia a la forma en que se fija a la encimera. Los tipos de instalación más comunes son:

Fregadero de sobreponer

Es el tipo de instalación más fácil y más económico. Consiste en colocar el fregadero sobre la encimera, de forma que el borde del fregadero queda visible y apoyado sobre la superficie. Es compatible con cualquier tipo de material y de encimera, y permite cambiar el fregadero sin modificar la encimera. Sin embargo, puede acumular suciedad y humedad en el borde, y puede romper la estética de la cocina.

Fregadero de encastrar

Es el tipo de instalación más habitual y más estético. Consiste en encajar el fregadero en un hueco hecho a medida en la encimera, de forma que el borde del fregadero queda al mismo nivel que la superficie. Es compatible con la mayoría de los materiales y de las encimeras, y ofrece un acabado limpio y uniforme. Sin embargo, requiere de una instalación más precisa y más costosa, y puede dañar la encimera si se cambia el fregadero.

Fregadero bajo encimera

Fregadero de bajo encimera

Es el tipo de instalación más moderno y más elegante. Consiste en fijar el fregadero por debajo de la encimera, de forma que el borde del fregadero queda oculto y solo se ve el hueco. Es compatible con algunos materiales, como el acero inoxidable, la cerámica, o el granito, y con encimeras resistentes, como el mármol, el granito, o el cuarzo. Ofrece un acabado minimalista y facilita la limpieza de la encimera. Sin embargo, requiere de una instalación más compleja y más cara, y puede filtrar agua o humedad si no se sella bien.


Como has visto, existen diferentes tipos de fregaderos, cada uno con sus características, y sus ventajas e inconvenientes. La elección del fregadero dependerá de tus gustos, de tu presupuesto, y del espacio y el estilo de tu cocina. Lo importante es que elijas el fregadero que mejor se adapte a tus necesidades y que te facilite el trabajo en la cocina.