Aislamientos reflexivos y pinturas térmicas: ¿Realmente funcionan?
Aislamientos reflexivos: ¿Magia o realidad?
Los aislamientos reflexivos, también conocidos como bajo emisivos, prometen maravillas reflejando el calor y manteniendo nuestros hogares frescos en verano y cálidos en invierno. Pero, ¿es oro todo lo que reluce?

¿Cómo funcionan?
Estos aislamientos cuentan con una capa, generalmente de aluminio, que refleja la radiación de calor. Los objetos dentro de la vivienda irradian energía y, al llegar a este aislamiento, la onda se refleja, impidiendo que el calor se escape (o entre, según la época del año). Este sistema es similar al de los vidrios bajo emisivos.
Además de la reflexión, también actúan por conducción, gracias a las capas internas de materiales aislantes convencionales como poliestireno.
Instalación: La clave del éxito
Para que un aislamiento reflexivo sea efectivo, la instalación es crucial. Aquí te presento las opciones y sus implicaciones:
- Con doble cámara de aire: Se instalan rastreles de madera, fijando el aislamiento y creando dos cámaras de aire de 2 cm cada una. Esta es la opción más eficiente, pero requiere más mano de obra y materiales. Es importante que el material quede bien estirado para evitar que se formen bolsas y se pierda eficiencia con el tiempo.
- Con una cámara de aire: Similar a la anterior, pero con un solo rastrel y una única cámara de aire.
- Pegado a la pared: La opción más sencilla, pero también la menos efectiva. Al estar en contacto directo con la pared, el aislamiento pierde su capacidad de reflejar la radiación y funciona principalmente por conducción, como un aislante convencional.
Cálculos y rendimiento
La norma ISO 6946 en su anexo D permite calcular la resistencia térmica de las cámaras de aire. Una cámara de 2 cm con una capa de baja emisividad ofrece una resistencia considerable (0,71). Sin embargo, cuando el aislamiento se pega a la pared, esta resistencia se reduce drásticamente (0,3).
Comparando con aislamientos convencionales, un reflexivo con una cámara de aire puede ofrecer una resistencia similar a un aislante de 3 cm. Con doble cámara, mejora ligeramente, pero a costa de mayor complejidad y coste de instalación.
Análisis económico: ¿Merece la pena?
El precio de los aislamientos reflexivos varía según la instalación:
- Sin cámara: Aproximadamente 27€/m².
- Con una cámara: Alrededor de 38€/m².
- Con doble cámara: Cerca de 50€/m².
En comparación, un trasdosado con cartón yeso y 3 cm de aislamiento convencional ronda los 35€/m². Si bien el reflexivo con una cámara puede ofrecer una resistencia ligeramente superior, el coste es similar. La opción con doble cámara se dispara en precio, sin ofrecer una mejora drástica en el rendimiento.
Los aislamientos reflexivos pueden ser una opción interesante, pero no son milagrosos. Su efectividad depende en gran medida de la instalación. Si buscas la máxima eficiencia, necesitas crear cámaras de aire, lo que implica más trabajo y mayor coste. En muchos casos, un aislamiento convencional bien instalado puede ofrecer resultados similares a un precio más competitivo.
Pinturas térmicas: ¿La solución definitiva contra el calor?
Las pinturas térmicas se han popularizado como una forma sencilla de reducir la temperatura interior de los edificios. Pero, ¿realmente cumplen lo que prometen?

¿Cómo funcionan?
Estas pinturas, generalmente de color blanco, se basan en la reflectividad del color. Los colores claros reflejan más la radiación solar que los oscuros. Una pintura blanca pura puede reflejar hasta el 90% de la radiación, reduciendo la cantidad de calor que absorbe el edificio.
Es importante destacar que las pinturas térmicas actúan principalmente en verano. En invierno, la reflectividad puede ser contraproducente, ya que se pierde la oportunidad de aprovechar la radiación solar para calentar el interior.
Limitaciones y consideraciones
Las pinturas térmicas no son un aislamiento en sí mismas. Su efecto se limita a la reflexión de la radiación solar. No añaden resistencia térmica significativa al edificio.
Además, su aplicación es limitada. Pintar una fachada de ladrillo visto de blanco puede no ser la opción estética más atractiva. Tampoco son efectivas en interiores, ya que no reflejan la radiación solar directa.
Las pinturas térmicas pueden ser una ayuda para reducir la temperatura en verano, pero no son una solución milagrosa. Su efectividad depende del color, la ubicación y las características del edificio. No sustituyen a un buen aislamiento térmico y su beneficio se limita principalmente a los meses de calor.
En resumen, tanto los aislamientos reflexivos como las pinturas térmicas pueden ser útiles en determinadas situaciones, pero es importante entender sus limitaciones y no dejarse llevar por la publicidad engañosa. ¡Infórmate bien antes de tomar una decisión!