Cómo diseñar la ventilación mecánica forzada de una vivienda
La ventilación mecánica forzada (VMC) es un sistema que permite renovar el aire interior de una vivienda de forma controlada. Es una solución muy eficaz para garantizar un buen nivel de salubridad y comodidad, ya que evita la acumulación de contaminantes y humedades.
En este artículo, veremos cómo diseñar la VMC de una vivienda para que cumpla con estos objetivos y, además, sea eficiente desde el punto de vista energético.
Equilibrio de caudales
El primer paso para diseñar la VMC es calcular los caudales de aire necesarios para cada estancia. Estos caudales dependerán del tamaño de la estancia, el número de personas que la ocupen y la actividad que se realice en ella.
En general, se recomienda que los caudales de impulsión sean iguales a los de extracción. Esto garantiza que el aire viciado se extrae completamente y que el aire nuevo se reparte de forma uniforme por toda la vivienda.
Los caudales de aire recomendados por el estándar Passivhaus son los siguientes:
- 40 - 60 m³/h para las salas de estar
- 20 - 30 m³/h para los dormitorios individuales
- 30 - 50 m³/h para los dormitorios dobles
- 40 -60 m³/h para las cocinas
- 40 m³/h para los baños
Por ejemplo, para una vivienda de una sala de estar, 3 dormitorios (dos simples y uno doble), una cocina y 2 baños, los caudales de aire serían los siguientes:
- Impulsión: 110 m³/h (40 + 20 + 20 + 30)
- Extracción: 120 m³/h (40 + 40 + 40)
Si los caudales de aire no están equilibrados, es posible que haya sobrepresión o depresión en la vivienda. Esto puede provocar infiltraciones indeseadas, que reducen la eficacia del sistema de recuperación de calor y pueden causar problemas de humedad. Por eso, en el caso anterior, sería recomendable, subir la sala de estar a 50 m³/h en lugar de los 40 previstos para equilibrarlos y que así ambos sumen 120 m³/h.
Distribución del aire
Una vez calculados los caudales, debemos decidir cómo distribuir el aire por la vivienda. Existen dos sistemas principales:
- Sistema lineal: En este sistema, el aire se distribuye a través de un único conducto que va reduciendo su sección a medida que se ramifica hacia las diferentes estancias. Es una solución económica, pero puede generar ruido entre las estancias.
- Sistema en estrella: En este sistema, cada estancia tiene su propio conducto de distribución. Es una solución más costosa, pero evita los problemas de ruido.
En el caso de la vivienda de ejemplo, podemos utilizar un sistema lineal con conductos de sección rectangular.
Aperturas de paso
Para que el aire que se impulsa llegue a los conductos de extracción, es necesario que haya aberturas de paso en las puertas. Estas aberturas pueden ser tan sencillas como un espacio libre de más de un centímetro por la parte inferior de la puerta. También podemos utilizar productos específicos que permiten el paso del aire sin que se perciba un hueco en la puerta.
Modos de funcionamiento
Un sistema de VMC debe tener la capacidad de adaptarse a las diferentes necesidades de la vivienda. Para ello, es recomendable que tenga al menos cuatro modos de funcionamiento:
- Apagado: El sistema está apagado y no se produce ninguna ventilación.
- Ausente: El sistema está encendido con un caudal reducido para evitar la acumulación de humedades.
- Consignado: El sistema está encendido con el caudal de aire especificado para cada estancia.
- Intensivo: El sistema está encendido con un caudal de aire superior al consignado para evacuar rápidamente la contaminación o humedades.
El modo ausente es útil cuando no hay nadie en la vivienda, el modo consignado es el modo de funcionamiento habitual y el intensivo puede utilizarse cuando hay mucha gente en la vivienda o cuando se producen condiciones especiales, como una gran cantidad de humedad.
Impactos ambientales
La VMC es una solución muy eficiente desde el punto de vista energético, ya que evita la necesidad de abrir las ventanas para ventilar. Esto reduce el consumo de energía de los sistemas de climatización, lo que se traduce en una menor emisión de gases de efecto invernadero y un ahorro económico.
Además, la VMC ayuda a mejorar la calidad del aire interior, lo que puede contribuir a reducir el riesgo de enfermedades respiratorias.
El diseño de la VMC de una vivienda es una tarea compleja que requiere tener en cuenta una serie de factores. Sin embargo, siguiendo los consejos de este artículo, podrás diseñar un sistema que cumpla con tus necesidades y sea eficiente desde el punto de vista energético.