Cómo realizar el rejuntado de las juntas en el baño paso a paso
El rejuntado de las juntas es un paso esencial en cualquier reforma de baño, ya que contribuye a la durabilidad, la higiene y el acabado estético de la superficie. Un trabajo bien hecho garantiza que la cerámica luzca impecable y que las juntas se mantengan limpias y libres de hongos y bacterias. En esta guía completa, aprenderás cómo elegir el producto más adecuado, qué herramientas utilizar y cómo aplicar la lechada para lograr un resultado profesional.
1. Preparación previa: limpieza y revisión de la superficie
Antes de comenzar, es fundamental preparar correctamente la superficie:
- Retirar restos de pegamento y suciedad: Asegúrate de eliminar todo tipo de partículas o restos de adhesivo entre las baldosas. Dejar la zona libre de salpicaduras y pequeños grumos evitará imperfecciones en el acabado.
- Limpieza general del baño: Pasa un paño húmedo para retirar el polvo o las pequeñas motas que pudieran dificultar la adherencia de la lechada. Una superficie limpia facilita el rejuntado y mejora la calidad final del resultado.
2. Elección del producto: ¿epoxi o junta tradicional mejorada?
Existen diferentes tipos de lechadas para juntas. Aunque la lechada epoxi es extremadamente resistente y duradera, su coste es más elevado y su aplicación resulta más exigente. Una opción intermedia, con un equilibrio razonable entre calidad y precio, son las juntas reforzadas con propiedades antimoho y antibacterianas. Estas presentan las siguientes ventajas:
- Mayor resistencia que las juntas básicas de centros de bricolaje.
- Propiedades antihongos y antibacterianas ideales para entornos húmedos.
- Secado rápido, lo que permite volver a usar el baño en un plazo breve.
Con este tipo de producto, obtendrás un acabado profesional sin tener que invertir en las soluciones más costosas del mercado.
3. Herramientas necesarias
Para aplicar la lechada de forma correcta, necesitarás:
- Llana de goma: Preferiblemente de goma dura, ya que ayudará a limpiar mejor la superficie y dejar menos residuos.
- Esponja de célula cerrada: Para el limpiado final, eliminando el excedente sin dañar las juntas.
- Paleta pequeña: Útil para recoger y colocar la pasta de la lechada sobre la llana.
- Trapo limpio: Para el repaso final y la retirada de la ligera capa blanquecina que pueda quedar en los azulejos.
4. Mezcla y aplicación de la lechada
- Preparación de la mezcla: Sigue las instrucciones del fabricante. Añade el agua poco a poco hasta lograr una textura cremosa sin grumos.
- Aplicación sobre la superficie: Con la llana de goma, reparte la pasta sobre las juntas. Es preferible trabajar en diagonal respecto a las líneas de las baldosas, evitando marcar la junta y garantizando un relleno uniforme.
- Rellenado a conciencia: Asegúrate de que cada junta quede completamente llena, sin huecos ni burbujas de aire.
5. Limpieza y acabado final
- Limpieza inicial con esponja: Una vez aplicada la lechada, espera el tiempo recomendado por el fabricante y, antes de que se seque por completo, pasa la esponja limpia y escurrida para retirar el sobrante de la superficie de las baldosas. Trabaja con movimientos suaves y en círculos, limpiando frecuentemente la esponja para no arrastrar impurezas.
- Repaso con el trapo: Al secarse, es habitual que quede un velo blanquecino sobre el azulejo. Pásale un trapo ligeramente húmedo para recuperar el brillo de la cerámica. Evita ejercer presión sobre la junta para no vaciar el material recién aplicado.
Rejuntar las baldosas del baño no tiene por qué ser una tarea complicada. Con la elección correcta del producto, las herramientas adecuadas y un procedimiento metódico, se puede lograr un resultado de calidad profesional. Un buen rejuntado prolongará la vida útil del revestimiento, mantendrá el baño libre de moho y bacterias, y realzará el aspecto final de la estancia. Si dedicas el tiempo y el cuidado necesarios, obtendrás un baño impecable y duradero.