Casa con techos planos

Techos planos de hormigón: 6 errores comunes que debes conocer y evitar

Construcción 10 de dic. de 2024

Si estás planeando reformar tu vivienda o diseñar una casa desde cero y has decidido optar por un techo plano de hormigón, es fundamental conocer ciertos detalles para evitar problemas futuros. A diferencia de las cubiertas inclinadas con teja o chapa, las losas planas requieren una ejecución precisa y la incorporación de varias capas para asegurar su durabilidad, confort térmico y correcta evacuación del agua de lluvia.

En este artículo descubrirás los 6 errores más frecuentes a la hora de construir una losa plana de hormigón, junto con soluciones y recomendaciones que te permitirán asegurar un techo eficiente, impermeable y resistente.

1. No elegir el tipo de losa adecuado

La primera decisión clave es el tipo de losa. Podemos elegir entre losas macizas o alivianadas (de viguetas y bovedillas). Las losas alivianadas suelen ser una mejor opción para la mayoría de las viviendas, ya que:

  • Menor peso: Al ser más ligeras que las macizas, ejercen menos carga sobre la estructura.
  • Rapidez de montaje: Su instalación se realiza en menos tiempo.
  • Mayor aislamiento térmico: Especialmente si se emplean bovedillas de poliestireno expandido (EPS), ayudan a mantener la vivienda fresca en verano y cálida en invierno.
  • Coste más económico: Al reducir tiempos y materiales, su coste suele ser menor.

Si priorizas precio, tiempo de ejecución y eficiencia energética, opta por una losa alivianada con viguetas y bovedillas de EPS.

2. Olvidar las capas superiores necesarias

Mucha gente cree que la losa está completa cuando se termina la capa estructural (viguetas, bovedillas y hormigón de compresión). Este es un error grave. Sin las capas superiores adecuadas, el techo sufrirá problemas de aislamiento y humedad. Necesitarás:

  • Formación de pendientes y drenaje: Una ligera inclinación (1,5 a 2 cm por metro) dirigida hacia los desagües evita el estancamiento del agua. Esta pendiente suele lograrse con un hormigón de relleno o mortero.
  • Aislamiento térmico adicional: Colocar planchas de poliestireno expandido sobre la capa estructural mejora el confort interior y reduce gastos energéticos.

Estas capas no solo aseguran un buen desagüe, sino que también evitan que el calor, el frío y la humedad penetren en el interior.

3. Subdimensionar los desagües del techo

Los conductos de evacuación del agua deben ser generosos. Un error común es colocar un único desagüe de diámetro insuficiente, lo que puede provocar inundaciones en caso de lluvias intensas. Considera:

  • Varios desagües de gran diámetro: Mejor más puntos de evacuación que depender de uno solo.
  • Desagües accesibles y fáciles de limpiar: Las hojas y la suciedad se acumulan con el tiempo. Prevé inspecciones periódicas (al menos 2-3 veces al año).
  • Colocar las bajantes en el exterior de la fachada: Así, en caso de un problema, la reparación será más sencilla y evitarás filtraciones en el interior de la vivienda.

4. No prever futuras ampliaciones

Antes de cerrar definitivamente la losa, piensa si en el futuro podrías ampliar la casa hacia arriba. Si es así, debes:

  • Dimensionar cimientos y muros portantes para soportar una planta adicional.
  • Planificar el hueco de la escalera: Dejar un espacio o una solución estructural que facilite su apertura en el futuro. También puedes cubrir provisionalmente el hueco con un cierre metálico ligero que se retire cuando vayas a construir la planta superior.

Esta planificación anticipada evitará tener que demoler parte del techo más adelante, con el consecuente ahorro de tiempo y dinero.

5. Ignorar la dilatación del hormigón

Las losas de hormigón se dilatan y contraen con los cambios bruscos de temperatura. Esto puede generar fisuras en las paredes que las sostienen. Para minimizar el impacto:

  • Secuencia de ejecución adecuada: Siguiendo pautas constructivas que permitan pequeños movimientos sin producir grietas.
  • Diseño con vuelos o voladizos: Permitir que la losa sobresalga más allá de las paredes, reduciendo así la transmisión de tensiones directamente a los muros. Un diseño con cantos volados puede ser además un interesante recurso estético.

6. Omitir la impermeabilización final

La impermeabilización es imprescindible. Las capas de acabado en hormigón no resisten la intemperie a largo plazo sin una protección adecuada. Dos sistemas muy comunes son:

  • Membrana asfáltica: Se presenta en rollos, se adhiere con calor y ofrece una buena impermeabilidad.
  • Membrana líquida (pintura impermeabilizante): Se aplica con brocha o rodillo en múltiples capas. Una de color blanco, además, aporta un plus de aislamiento térmico al reflejar la radiación solar, reduciendo la temperatura interior en varios grados.

Sea cual sea el método que elijas, la impermeabilización es esencial para garantizar la longevidad y el confort en tu vivienda.


Un techo plano de hormigón bien ejecutado es una inversión en confort, eficiencia energética y durabilidad. Evitar los errores más comunes, desde elegir el tipo de losa adecuado hasta prever la impermeabilización, te ahorrará problemas futuros, filtraciones, humedades y costes adicionales en reparaciones.

Si además cuentas con el asesoramiento profesional de un arquitecto, las probabilidades de acertar en todos los aspectos aumentan significativamente. Y si en algún momento reconsideras tu decisión y piensas en otras opciones de cubierta, lo importante es que dispongas de la información necesaria para elegir la mejor solución para tu hogar.

No olvides que un buen mantenimiento, revisiones periódicas de desagües y sistemas de impermeabilización, así como una correcta planificación, son las claves para disfrutar de un techo plano sin sorpresas desagradables.

Etiquetas